martes, 20 de septiembre de 2011

Los habitantes de la calle


Hola: publico un mensaje que envié al periódico EL COLOMBIANO de Medellín Colombia.

Conextualizo: En Colombia, no sé si en otros países latinoamericanos también, no es posible hacer nada por el habitante de la calle si éste no quiere. Son personas que tomaron lad ecisión de vivir en la calle y vivir de la caridad pública. Muchos de ellos son drogadictos y han abandonado sus familia y en la gran parte de los casos, las familias se dieron por vencidas porque no pueden hacer mucho más por ellos, aunque casi siempre vuelven a buscarlos cada cierto tiempo, con la esperanza de ayudarles. Y aveces logran sacarlos de la indigencia, pero supongo que los casos son pocos. No puedo decir que todos son drogadictos.

En Colombia no es delito vivir en la calle. Pueden hacerlo si es su libre voluntad. Es decir la sociedad está maniatada para hacer algo por estos seres humanos, que desde el punto de vista de quienes estamos afuera, llevan una vida indigna, pero es la escogida por ellos y no aceptan otra.

El mensaje fue el siguiente, porque creo que siempre se debe contextualizar, ya que debemos buscar un cambio en la legislación:

"Creo que hay unos temas que no nos han sido bien explicados a los lectores y que siempre nos quedamos con la noticia que genera una opinión pública distorsionada.
Esa visión sesgada que presenta la noticia del indigente muerto y su foto me llevó a recordar ese tema y lo que me ha inquietado desde hace tiempo.
¿Por qué hay indigentes? Y me refiero al habitante de la calle, independiente de nuestra nueva realidad relacionada con el desplazamiento, la cultura, la pobreza. (¿Por qué los padres (u otros adultos) explotan a los niños y los ponen a pedir, cuando está prohibido y uno se los encuentra una y otra vez?
El habitante de la calle se reconoce inmediatamente.
¿Son insuficientes los programas del Estado para atenderlos?
Hace unos años, por un proyecto que pensábamos realizar sobre el tema de las limosnas y sus consecuencias, vistamos la red de atención del Municipio de Medellín.
Lo que vimos en esa ocasión, no sé si persiste, aclaro.
Encontramos, por ejemplo, que vivir en la calle es una opción personal. Inclusive cuando algunos han sido detenidos porque la gente llama a la policía porque algunos insultan porque no se les da limosna y la gente les teme. Ellos se defienden ante el juez, porque tienen derecho a decidir dónde viven y la calle es una de esas posibilidades. Es un derecho al libre desarrollo de la personalidad, como dicen nuestros juristas. Y por eso nada se puede hacer. Ni siquiera se les puede ayudar porque para someterse a un tratamiento se requiere la voluntad de hacerlo o de nada sirve.
Muchos de ellos no van a los albergues porque les exigen y eso no lo admiten.
Parece que estamos maniatados, por las leyes, porque un paso para la solución sería cambiar las leyes.
En Canadá, específicamente en Toronto, está prohibido pedir limosna. Los músicos callejeros, en su mayoría estudiantes necesitan un permiso especial y les asignan un punto específico y no pueden cambiarse. Lógicamente estamos hablando de una sociedad muy diferente a la nuestra en la que el Estado cubre la salud, la educación y ofrece muchas posibilidades a sus ciudadanos que pagan altas tasas de impuestos.
Por eso creo que este tema requiere unos informes periodísticos que profundicen en todas las causas y que propongan al final posibles maneras de abordar el problema, pero de raíz. Y reitero que me refiero a los habitantes de la calle que lo han asumido como opción libremente decidida y ejecutada, porque las noticias siempre lo presentan como abandono del Estado y creo que falta objetividad, porque no siempre es así.
¡Ah! Y me olvidaba, hay diferencias entre niños, jóvenes, adultos y ancianos."

Saludos

Marta Lucía


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