Por Marta Lucía Gómez de Arango
Publicado en junio 6 2014
Somos tesoro busca
soluciones para la pequeña minería del oro y el trabajo infantil. Impactará 18.751
personas en cuatro años, provenientes de ocho municipios mineros de Antioquia y
Boyacá.
Contexto
Cerca de 5000 niños y niñas colombianos están vinculados a
la minería artesanal. Ellos hacen parte del millón de niños trabajadores,
situación que vulnera todos sus derechos a una infancia feliz. Los
departamentos más afectados por el fenómeno de los niños mineros son Boyacá, en
las minas de carbón y Antioquia en las regiones carboníferas y auríferas.
La minería artesanal se constituye en el modo de vida de
miles de mineros, que derivan su sustento de esta actividad informal, rodeada
de grandes problemas sociales, sin acceso a la protección social. En la minería artesanal participa toda la
familia, que no ve nada anormal en el trabajo de los niños porque ellos también
deben contribuir al sustento de la familia. La escuela pasa a un segundo plano
y no es una prioridad para ninguno. La salud de los niños sufre también el
impacto de una minería que no cumple ni las más mínimas normas de seguridad y
más bien los menores arriesgan sus vidas, casi sin ser conscientes de ello.
El video
Niños
boyacenses arriesgan su vida en las minas de carbón de la Chorrera, muestra
que estos niños tienen sueños, pero deben trabajar porque su familia se los
exige o porque si no lo hacen, no habrá comida en la casa. En toda mina
artesanal hay menores de edad y en la Chorrera se
nace con el trabajo en las minas, situación que se vuelve más delicada
cuando se trata de niñas, dice el video mencionado.
Este modo de vida no es fácil de superar por la situación
cultural que lo encierra, lo mismo que la situación económica de alta
vulnerabilidad de todas estas personas. Si bien el país sí ha reducido el
trabajo de los niños mineros, éste persiste y requiere intervenciones más de
fondo, con multiacciones dirigidas a la solución de los problemas sociales, a
la formalización de la minería con apoyo estatal, a la educación que incluya la
primera infancia, la primaria, la media y la superior, a la solución de
problemas de infraestructura y al control de la
minería
ilegal que viene acompañada de los problemas de inseguridad causada por
diferentes grupos criminales
Por otra parte está el
impacto
ambiental de la minería ilegal, cuyas consecuencias padecen varias regiones
del país y de nuestro departamento y especialmente su población más vulnerable,
situación que se agrava cuando se trata de menores sometidos a una vida que es
todo lo contrario de la vida a la que tienen derecho.
En busca de
soluciones para el niño minero
Una respuesta parece llegar con la alianza
Somos tesoro, en la
que participan entidades públicas como los ministerios de minas, trabajo, educación,
el ICBF, las gobernaciones de Boyacá y Antioquia; y privadas como la organización Pact, el Fondo Acción, la
Fundación Mi Sangre
y la Alianza por la Minería Responsable (ARM), el Fondo para la acción
ambiental y la niñez. El proyecto cuenta con financiación y apoyo del
Departamento de Trabajo de Estados Unidos y la Embajada de este país en
Colombia.
Somos tesoro busca
soluciones para la pequeña minería del oro y el trabajo infantil en dos
departamentos: Boyacá y Antioquia. Durante cuatro años y con un fondo de
$US 9.000.000 trabajará en varios frentes. Gámeza, Tópaga,
Mongua y Sogamoso en Boyacá, y Segovia, Remedios, El Bagre y Zaragoza en
Antioquia, son los municipios en los que se ejecutará el proyecto.
Lina Villa, Directora Ejecutiva de la Alianza por la Minería
Responsable (ARM, dijo a
Semana
Sostenible que el proyecto se enfocará en cuatro acciones:
- Aumentar
la permanencia de niños en los colegios.
- Generar
estabilidad económica en las familias.
- Aplicar
normas laborales de seguridad e higiene minera
- Fortalecer
las políticas públicas de la protección de la infancia y la formalización
de la pequeña minería.
El video del proyecto
Somos tesoro muestra la
realidad cultural de las familias mineras y cómo la actividad se transmite de
generación en generación. También muestra como los padres de hoy, por lo menos
los entrevistados, ven esperanza de cambio en la educación.
Los niños mineros hacen parte de la Colombia vulnerable que
requiere el apoyo del estado, de las empresas del sector y de entidades como
las que componen Somos tesoro. Ningún
colombiano puede ser ajeno a su tragedia.